lunes, 26 de octubre de 2009

LOS TRABAJOS DE LA SECCIÓN DE CONSERVACIÓN DE CAVIDADES DEL GEGET

Tras muchos años de realizar cuevas de forma única y exclusivamente deportiva, en la cabeza y corazón de un compañero (Antonio Ortigosa) empezó a brotar una idea de hacer la espeleo de forma más didáctica y científica de la que todos los espeleólogos deberíamos formar parte para que nuestro gran tesoro perdure en el tiempo con su mayor esplendor y conservación.

Hace cuatro años Antonio Ortigosa. se embarcó en un gran proyecto; poder estudiar la conservación de las cuevas en la zona centro para ver sus posibles cambios en un espacio breve de tiempo y así concienciar a todos los practicantes de este deporte para que el impacto que causamos tras nuestras actividades fuera el menor posible. Le siguió muy de cerca Ana Belén Campos Frutos. Se realizaron muestreos de tierra, agua, arcilla, etc… comprobando ph. y otros componentes, se realizó tomas de muestras medioambientales, temperatura (aire, suelo y paredes), humedad relativa y absoluta y se confeccionaron unas fichas indicadores de basura, graffiti y posibles seres vivos, señalándolos en sus correspondientes topografías, además se realizaron reportajes fotográficos de los desastres ecológicos……..

Tras estos trabajos iniciales pensaron que se podría ampliar el campo de trabajo y sería más efectivo con más personal por lo que abrieron su grupo a más espeleólogos del GEGET, quedando encandilados por el proyecto ocho compañeros más: José Carlos, Jesús, Tere, Aldo, Ángeles, Genaro, Txema y Elena. Pronto comenzamos a abrir las miras y realizamos la exploración en una gruta de Barcarrota y de la cueva de Salva león (Badajoz). Empezamos a apreciar la satisfacción del trabajo en las cavidades de otra manera más hermosa, misteriosa y agradecida. También teníamos en cuenta el disfrute personal por lo que realizábamos salidas culturales como: pinturas de Cullalvera, otros karts (Sorbas, Cardona), Fuentemolinos, unas Jornadas de Ecología Subterráneas, charlas, jornadas de limpieza…, en las que todos los miembros del club quedaban invitados para compartir esos momentos con nosotros.

Pero todo cambió tras una propuesta de realizar un nuevo Catalogo de simas y cuevas de la Comunidad de Madrid en la que entramos de lleno realizando trabajos de documentación previa para luego salir al campo a comprobar y buscar mas cavidades desconocidas. Para nuestra sorpresa encontramos bastantes cuevas sin topografiar y comenzó nuestro desafío. Durante dos años de trabajo nos habíamos hecho “expertos buscadores” y cerca de nuestro municipio vimos grandes posibilidades de descubrir más cuevas y sobretodo realizar las topografías por primera vez, surgió la posibilidad de explorar una zona más a fondo por las expectativas que presentaba y así hicimos.

La zona de exploración se encuentra ubicada entre el Cerro de la Gavia y el Cerro de la Oliva dentro de los límites del Parque Lineal del Manzanares; los trabajos fueron intensos y localizados en la Cueva de la Magdalena, el máximo exponente de esta zona con sus 1962 metros de desarrollo, en una primera instancia ya que con cada avance se habría más posibilidades y nuestras ilusiones iban en aumento. Se encontraron restos de cerámica, lítica reductora (silex tallado), un cepo y algún murciélago que la habitaba, aparte de descubrir grandes cristales de yeso y pequeñas excéntricas; estos primeros pasos nos llevaron a casi los dos kilómetros de galerías laberínticas y de días de exploración.

Pero quedaba mucho más por descubrir, explorar y topografiar: La Cueva del Bunker: con un pequeño pozo en su parte trasera y una formación artificial de la guerra civil para poder acomodar armas automáticas; la Cueva de la Bruja: que databa en el antiguo catalogo con 150m lineales de galería y para nuestra sorpresa era mucho más que eso, pero se encuentra en un estado de conservación penoso ya que ha sido utilizada primero como asentamiento militar en la guerra civil, después como vivienda, y posteriormente ha sido un refugio para drogodependientes y por lo tanto quedaron en su galería de entrada muchos restos inorgánicos de todo tipo, además en su lado derecho tiene otra gran galería que fue usada como garaje y para muestra el resto de carrocería que en ella se aloja cubierta por el paso de los años de grandes telas de araña, en contraposición hay que decir que pasando al interior de la cavidad la cosa cambia ya que no hay nada de basura e incluso pudimos ver que servía de refugio para algún murciélago.


Tenemos otras cuevas a explorar, Cueva del Cerro y Cueva de la Sina, esperamos que nos den tantas alegrías como las vividas hasta el momento con las anteriores, que puedan ampliar nuestra mira sobre la zona de Madrid y que todos los espeleólogos madrileños, o no, estén orgullosos del trabajo realizado a favor de la ampliación del numero de cavidades en la zona y por supuesto que se ponga en conocimiento de todos el respeto por la conservación de lo que tanto amamos y debemos cuidar para nuestro bien y el de otros muchos que vengan detrás.

Elena Ceballos Pérez
Sección de Conservación de Cavidades. Grupo GEGET

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